viernes, 18 de noviembre de 2011

Orden y Desorden


El caso es que ya no me acuerdo muy bien que quería contar. He sentido por un momento la imperiosa necesidad de abrir un nuevo documento de Word y escribir algo, publicarlo luego en el Blog, pasar un rato escrutando las palabras elegidas pero ciertamente no tengo nada que decir. En estos casos lo normal suele ser cerrar el documento, caminar hasta la nevera, estudiar su contenido y abrir una cerveza. El orden es muy importante no solo en esta situación pero también en esta situación ya que si por ejemplo, primero abres la cerveza y luego analizas el contenido de la nevera puede ocurrir que te des cuenta que realmente no querías una cerveza, sino una Coca-Cola, y entonces, ¿qué haces si ya está abierta la botella, si ya has dado un trago a la amarga cerveza doble malta? obviamente, en ese mismo instante te arrepientes de haber procedido de esa manera tan desordenada y lamentas con todas tus fuerzas el haber cogido instintivamente la cerveza cuando tienes un frigorífico repleto de productos gaseosos y no gaseosos, zumos diversos, refrescos de todo tipo, vino, etc... Del mismo modo, si antes de abrir la cerveza no has andado el pasillo que separa la pequeña salita donde tienes el ordenador, junto con todos los libros, la música sonando a un volumen más bajo que el habitual para estas horas de la tarde, difícilmente vayas a poder arrepentirte de haber abierto una cerveza cuando en realidad lo que a ti te apetecía era una Coca-Cola, cosa por otro lado extraña ya que tú no eres mucho de beber Coca-Cola pero bueno, hoy tienes el día torcido. El orden, queda claro, es la norma básica de todo proceder humano sin él nada es posible. Lo paradójico es que sea tan difícil conseguir que "el orden" se amolde a tus deseos cuando te propones organizar por ejemplo el más sencillo evento como pueda ser una cena entre amigos y por lo contrario, cuando se presenta dando forma a la más complicada trama que puebla el drama humano lo hace, al analizarse, como una sucesión lógica e inalterable de aconteceres.

Tanto es así que "el orden", se cree, es un supra-sistema sobre el que el ser humano no tiene posibilidad de alteración ni tan siquiera en sus manifestaciones más insignificantes como la planificación del orden del día de una reunión de la comunidad de vecinos o la redacción de la lista de la compra cuando necesitas ir al supermercado, no a por un bote de detergente sino a llenar un carro, uno que incluye muchos productos entre ellos Coca-Cola, que casi no bebes pero que de vez en cuando como hoy, te apetece tomar. El Universo, nuestra galaxia, el sistema solar, la Tierra, nuestros países, nuestras relaciones, nosotros, nos regimos por "el orden" que todo lo controla y que todo hace funcionar. Es aquí donde me surge la duda, ¿ha creado el hombre "el desorden" que a simple vista parece también manifestarse en gran parte de sus actos o es éste parte subordinada del mencionado supra-sistema "orden", una herramienta del mismo para darnos la superflua y falsa sensación de control sobre nuestros actos? ¿tenemos capacidad de desordenar?

Escribo esto sin dar a la tecla "delete", con mi Coca-Cola en la mesa y la nevera cerrada, fría y oscura llena de productos, bueno, semillena de productos, esperando ser explorada. Soy un rebelde que ataca con ferocidad las bases del orden, hoy y siempre!...

¿O soy su víctima?

sábado, 1 de octubre de 2011

Noche de un sueño de verano

Anoche tuve un sueño extraño, yo iba en mi coche camino de casa después de haber estado en una reunión con compañeros del máster. Eran casi las cuatro de la madrugada, no es que nos quedemos hasta tan tarde discutiendo sobre física pero ayer nos tomamos unas cervezas después de la clase que fue, por cierto, muy aburrida y una cosa llevó a la otra y ya se sabe lo que pasa, cuando te quieres dar cuenta son las 3 de la madrugada, los bares han cerrado y no sé porqué os doy tantas explicaciones si era un sueño. El caso es que era tarde.

Volvía a casa, iba escuchando en la radio un programa del que nunca había oído hablar. No suelo conducir a altas horas de la noche por lo que no tengo ni idea de lo que se emite a esas horas y no conozco a nadie que escuche la radio tan tarde. Hay partes del sueño de las que no me acuerdo como de la cadena que estaba puesta en ese momento por lo que tampoco os sabría decir si el programa en cuestión existe en realidad, se que iba sobre sucesos paranormales una especie de cuarto milenio radiofónico pero presentado por una mujer, una tal Cristina Esparza de eso si me acuerdo, tenía una voz bonita, muy radiofónica ¿os suena?. Hablaban sobre vampiros, sobre Drácula, la historia del conde y como se gestó la leyenda. No suelo prestar atención a estos programas que por lo general me parecen insulsos pero este tema, quizá por su popularidad logró engancharme. Realmente no soy un gran fan de Drácula ni siquiera he visto Drácula de Bram Stoker pero recuerdo que en el sueño estaba realmente atento a los datos que vertían los participantes en la tertulia, todos al parecer muy puestos en el tema. Estaban conversando sobre las muertes extrañas acaecidas en el territorio de Transilvania durante los años en los que el conde vivió, era escalofriante pero a la vez muy didáctico, me hubiera encantado escucharlo entero pero lo pillé ya empezado y estaba llegando a casa cuando ocurrió lo de la bola de fuego. 

Estaba aparcando cerca de casa cuando una enorme bola de fuego que caía del cielo atravesó la luna delantera del coche y se fue a estrellar a lo lejos. Se escuchó un gran estruendo y se inició un incendio. Parece que el impacto afectó también a alguna antena ya que perdí la señal del programa, intenté darle unos golpecitos a la radio del coche como se hacía antes siempre que algo se estropeaba pero ni por esas, no pude terminar de escucharlo. Tardé un poco en entrar al portal, la explosión había afectado también a las luces del barrio, todas las farolas estaban apagadas y no atinaba a meter la llave. Abrí la puerta de casa con todo el cuidado del que era capaz, no quería hacer ruido eran casi las cinco de la mañana. En el piso tampoco funcionaba ninguna luz. Lo último que recuerdo del sueño es que me lavé los dientes con sumo cuidado utilizando para poder ver una linterna que tengo para estos casos de emergencia. Como os digo fue un sueño extraño, generalmente cuando llego a estas horas no me lavo los dientes.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Fin de verano

Ayer fue una de esas noches en las que me despierto de madrugada ahogándome de calor, otra noche pegajosa de verano. Miro el reloj y son las cuatro de la mañana, tú sigues profundamente dormida y estás preciosa. Desnuda, tu antídoto contra el calor del cuarto. Me levanto con cuidado procurando no hacer ruido, no quiero que te despiertes y me preguntes sin comprender que estoy haciendo ni que mires la hora y ya no te puedas dormir. Necesito aire, solo eso, siempre me pasa cuando me desvelo, necesito salir al aire libre y esta noche aun más con este puto calor. Así que salgo al balcón y enciendo un cigarrillo esperando que me ayude a poder dormir aunque sea durante un par de horas seguidas. Odio desvelarme en medio de la noche pero me ocurre a menudo y no hay nada que hacer. Si es verano me asomo a la terraza, me relaja mirar a las estrellas pero hoy ni siquiera hay estrella, es más, parece que a lo lejos se acerca una tormenta. El cielo se ilumina cada pocos segundos y los truenos, aun lejanos, avisan que la lluvia se aproxima implacable.

Siempre que hay tormenta me acuerdo de la noche de San Juan en la que junto a la hoguera hicimos el amor en la playa, y cómo al acabar, sin tiempo para vestirnos empezó a caer sobre nosotros el mayor diluvio y nos pusimos a correr, pero no había donde refugiarse por lo que nos metimos en el mar pensando que dentro del agua estaríamos a salvo del chaparrón. Siguió lloviendo sin parar durante una hora entera y cuando acabó estábamos agotados. Nos vestimos con nuestras ropas empapadas, yo estaba ridículo pero tú llevabas tu vestido blanco, ese vestido blanco que nunca te quedó mejor que aquella noche. El vestido que no te he vuelto a ver puesto, ese que olía a arena, humedad y sexo. El olor del verano. Nuestro primer verano.

Es curiosos cómo pasa el tiempo y las formas que tenemos cada uno de medirlo. Hay quien mide los años tomando el día de cumpleaños como referencia. Otros elijen año nuevo como la fecha en la que hacer balance. A mí sin embargo me gusta hacerlo al final del verano. Supongo que es una manía que cogí de niño, acabábamos el curso escolar cuando empezaba el verano y lo iniciábamos de nuevo a su fin. El verano era un oasis en medio del año donde todo podía ocurrir. De hecho aun sigo considerando estos tres meses como los más especiales del año, tengo casi treinta años y si me pongo a pensarlo creo que la mayoría de cosas buenas que me han pasado en la vida han sido en verano. Cada año cuando acaba me pregunto qué vendrá.

Ya es septiembre, se puede oler en el ambiente que a esto le queda bien poco. Apago el cigarro, mientras exhalo el humo vuelvo a mirar al cielo. Se acerca una gran tormenta.

miércoles, 20 de julio de 2011

TV

El otro día me di cuenta, veo la televisión como sino viera la televisión. Me explico, llego al salón, suelo sentarme en el sofá después de estar aquí escribiendo un rato. Debe ser el aburrimiento. Después de estar tecleando sin mucho sentido pensamientos que cruzan mi cabeza y que jamás acabo de dar forma. Como si fuesen sueños que intentara trascribir y al hacerlo, el sueño se fuese desvaneciendo dejando solo un boceto de lo que hace un momento fue en mi memoria. Así escribo, intentando plasmar con palabras algo que pasa tan rápido por mi mente que no son palabras y que por eso no se definen en relatos o poemas, en nada que no sean divagaciones inacabadas. Es entonces cuando lo pienso, releo, veo que no ha salido nada aprovechable, selecciono todo el texto, pulso suprimir y me muevo al salón. Me siento en el sofá, es un sofá nuevo, muy cómodo, de piel, bueno, vale imitación pero pasa perfectamente por un sofá de piel autentico. Cojo el mando, casi siempre está puesta la primera, debe ser por los anuncios, no me gustan los anuncios, si hiciera un ranking con lo que menos me gusta de la televisión, de lo más alto estarían los anuncios. Los anuncios y telecinco. ¡Que le pasa a esa gente! ¿En qué están pensando? ¡24 horas de mierda televisada y con un montón de anuncios! Alguien debería quitarles la licencia de emisión pero lo increíble es que tienen audiencia.

Zapeo un poco, casi nada interesante pero aun así me quedo, da igual con que y en que cadena. Entonces me doy cuenta de que ha pasado una hora y que estoy ahí parado como un imbécil en lugar de estar aquí escribiendo aunque sean chorradas. En la tele la gente se gana la vida escribiendo chorradas. De pronto me imagino trabajando en la tele, escribo guiones para programas basura y sí, si os lo estáis preguntando, trabajo en telecinco, que esperabais, ¿a quien sino le iba a interesar esto? Es un trabajo mal pagado y ciertamente no me gusta nada, no es como yo lo había imaginado 10 minutos atrás, así que decido dejarlo y cambio de canal.

En otra cadena están dando algo repetido, una reposición de ese programa en el que españoles de distintas partes que se van a trabajar a otros países, cuentan lo maravillosa que es su vida desde que se fueron de aquí, lo felices que son… y lo mucho que echan de menos el chorizo, ¿no es absurdo? Mientras veo el programa, este es sobre españoles que viven en Hungría, pienso en lo gilipollas que podemos llegar a ser la gente. Pensamos, generalmente, que cuando no somos felices, lo más beneficioso es poner tierra de por medio y empezar de cero. Tal vez yo una vez lo viera así, pero ahora me doy cuenta de que es una tontería. Puede funcionar como una droga, engaña tus sentidos, te hace creer que estas bien, que todo fluye como debiera y puede que asi sea, pero los kilómetros no son medicinas y tarde o temprano debemos darnos cuenta que da igual donde estemos si no nos encontramos.

Tanto oír hablar de embutido me ha dado hambre, me acerco a la nevera, se ha acabado el chorizo. ¿Qué echaría en falta si viviera en Budapest? Sin duda no sería el chorizo. Te echaría de menos a ti.

Cambio de canal. Una serie de detectives, creo que todos los días a la hora que enciendas la televisión, en alguno de los canales emiten una serie de este tipo, son una constante, las series de detectives y las tertulias, sin esos dos géneros televisivos me pregunto qué tipo de programa llenaría el vacío. Cambio, otra similar. Cambio, dan una serie española que pretende ser graciosa, me quedo observándola durante un buen rato pero no entiendo los chistes. Todos tienen la voz estridente, hay unas viejas con un perro que no deja de ladrarle a un vecino que del susto se cae por las escaleras y arrastra al conserje consigo, todos gritan y creo entender a los que se fueron a Hungría. Supongo que allí ya no verán la tele.

Miro el reloj. Han pasado casi dos horas. Es llegado este punto cuando me arrepiento de haber estado sentado tanto rato hipnotizado, sometido a los colores que saltan de la pantalla de cuarenta pulgadas de mi salón sin haber visto nada en concreto, dos horas de absolutamente nada. Si por lo menos hubiese visto una película buena. Me angustia pensar que he perdido el tiempo de esta manera en lugar de dedicarlo a algo más productivo, a la lectura para la que nunca saco el suficiente tiempo o a escribir, para lo que siempre pienso que no es el momento. Sin embargo… Me voy ver la tele.

Edición
“seleccionar todo”
Supr

miércoles, 29 de junio de 2011

Lecturas de una boda o dos

Este mes de Junio he tenido la ocasión de participar en dos bodas que, siendo muy distintas, han resultado ser muy iguales ya que se casaban las mismas personas. Hay gente a la que no le basta una celebración y necesita bises. Tal es mi caso y el de mi compañera Mentxita, ahora oficialmente enlazados, que no anudados, y doblemente celebrados. En ellas se leyó lo siguiente:

Alfredo, concejal y MC:
"Si por humanismo nadie es extraño a las personas de su entorno tanto por razones de vecindad como de ciudadanía, mucho menos unas personas como vosotras que os sentís atraídas para amaros y formar un proyecto de vida en común.
Lo que parece tan sencillo, la igualdad y el respeto mutuo, a menudo a lo largo de la Historia, han sido incomprendidos y ha dado lugar, particularmente en los últimos siglos, a la proclamación de los “Derechos Universales del Hombre”, de los “Derechos Humanos”, de los “Derechos de la Mujer”, de los “Derechos del Niño”, etc."
Acto seguido recitó solemnemente un extracto de "El profeta",  libro de Gibran Jalil Gibran:
"Dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.

Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura,

que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.

Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.

Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.

Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.

Las cuerdas de un laúd están solas, aunque tiemblen con la misma música.

Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga,

porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.

Y estad juntos, pero no demasiado juntos porque los pilares del templo están aparte.

Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble."
En la boda bis, Txabo, o Pablo, o el MC de la segunda ceremonia, redactó y representó este discurso:
"Kaixo arratsaldeon guztioi eta eskertzen dizuet ezkongaien partez gaur ezkontza hau ozpatzera etorri izana.
Hola Buenas tardes a todas y a todos, estamos aquí reunidos para festejar la relación de Mentxu y Bortxo.
Vamos ha realizar la fiesta de vuestra  unión.
Estoy muy feliz de compartir con vosotros este momento y entiendo que es de una gran responsabilidad el implicarse en el vínculo de pareja.
¿Qué fuerza misteriosa incita a dos personas que por lo general son desconocidas, a unirse, a superar tantos obstáculos, para iniciar la aventura de la construcción de una pareja, y a intentar sostenerla a pesar de que en muchas ocasiones no funcione? Los poetas y dramaturgos han alimentado durante siglos la idea de lo que es el amor. Nos han contado muchos cuentos sobre el amor y dentro de esos cuentos su final era el que fueran felices y comieran perdices. Nos presentaban a la pareja como un fin y no como el inicio de un largo camino de búsqueda, de acuerdos y de desacuerdos.
El ideal de relación armoniosa y feliz, no es un estado al que se llegue y se mantenga. El respeto y armonía en el vínculo de pareja es un estado que necesita ser construido en cada momento de la relación. Exige dejar atrás la idealización del amor y asumir la dificultad que conlleva construir relaciones igualitarias. La construcción y mantenimiento de relaciones de pareja, en las que exista armonía y equidad es responsabilidad de ambos. Es imposible que existan relaciones paritarias si los dos miembros de la pareja no se esfuerzan por conseguirlo. Esta perspectiva rompe con los roles tradicionales en los que se consideraba que el cuidado de los vínculos era responsabilidad de las mujeres.
Para amar no debemos renunciar a lo que somos, ésa es la máxima del amor maduro, democrático e igualitario. Para conseguir este objetivo, Mentxu y Bortxo debéis descolonizar vuestra mente, identificándoos con vosotros mismos y con vuestras necesidades. El amor debe integrar el amor por el otro con el amor propio, sin conflicto de intereses. En el que quererse a uno mismo no sea sinónimo de “egoísmo". Para lograr esto se requiere de una evolución personal y cierta dosis de subversión amorosa que nos permita cambiar el modelo tradicional de “ser para el otro” por un nuevo esquema en el que el respeto hacia uno mismo ocupe el papel central. Conseguir esta  conjunción de estos dos amores, os permitirá vivir más plenamente vuestra relación de pareja y disfrutar las ventajas de tener un amor consciente de sus derechos, alegre, apasionado y libre de miedos.
Ahora como sois dos seres distintos, cada uno con vuestra historia, gustos, amigos. Por eso figuras muy importantes y muy queridas por vosotros os van a presentar una narrativa de una pequeña parte de vuestra historia de la que todas y todos vamos a disfrutar. Por eso ahora cedo la palabra a: (hablan los demás)
Este momento para mí es solemne en cuanto simboliza vuestro deseo de compartir lo que sois y de construir un sistema entre los dos y debido a vuestra creatividad habéis generado un ejemplo que en el futuro todos deseamos proseguir. Vuestras flores significan vuestro deseo de compartir y cuidar, como las flores lo hacen de nuestra naturaleza.
Ahora intercambiar vuestros collares, símbolo de vuestro amor.
Todos nos sentimos muy orgullosos por vuestra creativa formula de unión.
Bueno creo que ya ha llegado la hora de besaros.
Gora ezkondu berriak!!!!"
Mi prima Marta en la boda oficial nos leyó emocionada este poema de Antonio Machado:
'''Bodas de Francisco Romero'''
Porque leídas fueron
las palabras de Pablo,
y en este claro día
hay ciruelos en flor y almendros rosados
y torres con cigüeñas,
y es aprendiz de ruiseñor todo pájaro,
y porque son las bodas de Francisco Romero,
cantad conmigo: ¡Gaudeamus!
Ya el ceño de la turbia soltería
se borrará en dos frentes ¡fortunati ambo!
De hoy más sabréis, esposos,
cuánto la sed apaga el limpio jarro,
y cuánto lienzo cabe
dentro de un cofre, y cuántos
son minutos de paz, si el ahora vierte
su eternidad menuda grano a grano.
Fundación del querer vuestros amores
—nunca olvidéis la hipérbole del vándalo—
y un mundo cada día, pan moreno
sobre manteles blancos.
De hoy más la tierra sea
vega florida a vuestro doble paso.
Me encanta el significado de estos textos.

jueves, 23 de junio de 2011

El puente


Hace más de un año que se marchó sin una lagrima que asomara a sus ojos, solo el reproche dibujado en un suspiro que intentaba escapar para no morir en las entrañas y que, a modo de despedida, me rozó la mejilla para abandonarme en el mismo lugar en el que ahora otro suspiro prueba en vano a encontrar su eco. Sobre el puente, este puente en el que la vi por última vez. El paso que dirige a la estación, donde tablones luminosos anuncian que su tren ya no la traerá de vuelta, que es inútil la espera.

Cada noche regreso solo al puente y me detengo allí a contemplar el agua que desciende silenciosa. Derrotado, vuelvo a preguntarme, rogándole al río la anestésica respuesta. ¿Pensará aun en mí? ¿Qué importancia tiene ahora todo esto, qué creo que tendría que ocurrir, porqué insisto en esta tortura?

Durante un momento la imagino entre la gente, mirándome sonrojada, pero nunca sabrá que la busco todos los días. Ya no tiene importancia, aun así cada día camino durante una hora para llegar al puente, nexo que une la estación y la ciudad, y que hace un año nos separó. Regreso a casa en el silencio de la noche, cuando ya todos vuelven recogidos en su tren. Recorro el lecho adormilado del río dejando atrás el puente y, a menudo vuelvo la mirada hacia él.

sábado, 14 de mayo de 2011

Bin Laden, alegoría del Supervillano.

Si ha habido un hecho que haya marcado la entrada en el siglo 21, ese fue sin duda el ataque a las torres gemelas y todo lo que vino como consecuecia. Hoy, diez años despues se ha dado caza y muerte a su inspirador, Osama Bin Laden, un tio que basó su vida en Moriarty, Magneto, Lex Luthor, un malo de comic.

La historia de este personaje es digna de análisis pormenorizado, cosa que yo no voy a hacer. Su evolución de joven de clase alta a creador de la red terrorista más extensa y sanguinaria del mundo no se explica fácilmente y a mi se me asemeja a todas esa historias con personajes estrambóticos que de niño lees en los comics o ves en los dibujos de la tele. De los Transformers a Superman pasando por Batman, Spiderman, o incluso los pitufos, nadie como Osama ha encarnado tan fielmente y de forma tan extravagante la figura clásica del Supervillano. Analicemos brevemente su devenir. El chaval nace y crece en el seno de una familia de clase alta árabe con importantes conexiones internacionales, estudia en colegios occidentales y se empapa de la cultura Europea de la época. No sé en qué momento le da al tipo por concienciarse por las causas antiimperialistas y decide dedicarse a liberar a los afganos, con ayuda de los estados Unidos, del ataque comunista. Entrenado por los amigos de su padre forma una guerrilla musulmana que logra impedir que Afganistán se convierta en otra república federada.

Yo no lo sé muy bien pero debió de ser por entonces cuando le dio la chaladura y su megalomanía le llevara a creerse capaz de conquistar el mundo en nombre de Alá para convertir la religión que profesaba en regidora del planeta, un planeta según el, dominado por infieles. El hombre Bin Laden ya no veía con buenos ojos a las bandas como los Beatles que tanto le gustaban de joven, no se paseaba por Londres comprando discos ni visitaba las tiendas de ropa más trendy del momento, que va, eso dejó de interesarle. Se encerró en si mismo cavilando todo el día cómo era posible que el pueblo de dios viviera de espaldas a él (aquí vamos a hacer una aclaración, yo soy más de la opinión que el tío estaba como un puto silbo y tenía un afán de dominar el mundo que no veas, no se si leyó el mein kampf o toda la colección de comics de Superman pero vamos, a los hechos me remito), habló con los místicos y se puso a captar adeptos para luchar contra el cruzado.

Esto dicho así parece frívolo pero no me digáis que no es un poquito así la cosa. De repente Mr Bin se pone el turbante y la chilaba que le inbuyen de superpoderes e invierte sus ahorrillos en perpetrar atentados masivos e indiscriminados contra todo lo que se menea que no le gustase en los países árabes. Comienza a labrarse un nombre, sale mucho en la tele diciendo que si Estados Unidos es el demonio que si Ala es grande que si los fieles blablabla y los infieles blablabla. Vamos, se convierte en un líder carismático, un Hitler underground, Dark Vader.

El colega, después de haberse cargado a miles de árabes en nombre de la religión que predomina por esos lares y que él toma como excusa. No contento con eso, se le ocurre dar un salto cualitativo sin precedentes y como si del punto de inflexión dentro de un guión de película americana se tratara, maquina el atentado a las torres gemelas en nueva york que todos recordamos. Fue entonces donde realmente su figura toma carices épicos, hombre más odiado por Estados Unidos, venerado por sus adeptos hasta considerarlo un Mesías, Laden deja de ser hombre para convertirse en monstruo, ya no es persona sino objetivo, Osama el hombre deviene en Osama el icono, el malo malísimo de la película. Sinceramente, ¿no buscaba más eso que liberar a nadie de nada?

Sabemos lo que vino después, guerras con miles de muertos, atentados por doquier tanto en territorio árabe como en Europa, paranoia general, miedo... Bin Laden se lo debía estar pasando de la hostia de cueva en cueva leyendo la prensa y recibiendo las palmaditas de sus acólitos mientras comentaba, la que hemos liado tu, eres el enemigo number one del mundo, jo, ¡que grande eres tío! y al tío, claro, se le hinchaba el pecho y salía en grabaciones arremetiendo de nuevo contra todo pichichi, diciendo que si somos unos infieles babosos que la lucha sigue, que ellos acabarán venciendo y nosotros arderemos en el infierno... ahí faltaba una risotada al más puro estilo Jack Nicholson encarnado al Joker. Un crack.

Hace ná pongo la tele y me entero que un comando de las fuerzas especiales estadounidenses dirigido por Obama desde la casa blanca, ha llegado en helicóptero a una villa de Islamabad en Pakistán, ha entrado  y de dos tiros se ha cargado a Osama Bin Laden para acto seguido recoger su cadáver y según dicen tirarlo al mar. Un final de película en toda regla, acojonante. Así nos luce el pelo últimamente y yo, ciertamente, entre tanto villano y tanto héroe no me queda claro si los comics basan sus historias en la realidad o es el mundo el que se basa en algún retorcido comic.